¿Por qué Hacemos Ciencia?

Siempre me ha gustado leer y aprender sobre la historia de la ciencia, en concreto sobre la historia de la Física, de hecho soy físico, aunque de físico sólo tengo el título que la universidad me dio, por supuesto, previo pago de las tasas correspondientes. Tras acabar la carrera no tuve oportunidad de dedicarme a la investigación, pero eso no evitó que siguiera interesándome por la Física (con mayúsculas, ¡eh!).

Entre los aspectos que más me gustan de la historia de la Física está buscar y leer los artículos originales, más conocidos como papers, que dieron lugar a las grandes revoluciones de la Física y al impacto que tuvieron en nuestra calidad de vida.

Al mismo tiempo, siempre me ha resultado curioso la falta de interés que existe en el público general sobre la ciencia. He oído demasiadas veces eso de ¿y eso para que sirve?. Tras esa pregunta existe un gran desconocimiento de la realidad en la que vivimos. Que hubiera pasado si, por ejemplo, a Robert Bunsen no se hubiera interesado por investigar la posibilidad de analizar sales según los colores que daban al arder y Kirchhoff no se interesara por el análisis espectral  [1] allá por finales de la década de 1850: la respuesta es que muy probablemente no se hubieran hecho los descubrimientos que siguieron en los años siguientes que llevaron al nacimiento de la física cuántica, que llevó al estudio de la materia a niveles subatómicos, que llevó al descubrimiento y estudio de los semiconductores que facilitaron el desarrollo tecnológico como el ordenador (un Mac Book Pro para más señas) desde el que estoy escribiendo estas líneas. También me pregunto que hubiera pasado si tras el descubrimiento de las partículas que componen la materia como los hadrones y leptones, que es otra manera de llamar a los protones, neutrones y electrones que todos conocemos, no hubiera existido la curiosidad de “ver” si había algo más: la respuesta es que entre otras cosas el Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire (CERN. Si el del bosón de Higgs y el de los agujeros negros que destruirán el mundo, jajaja) nunca se hubiera establecido y no hubiera existido la necesidad de desarrollar unos controles avanzados para el Super Protrón Sincrotrón (SPS) que en mayo de 1973 Beck y Stumpe  [2], del grupo de control,  propusieron que se hicieran mediante una tecnología táctil que es la misma que prácticamente todos tenemos en nuestros teléfonos inteligentes y tabletas para whatsappear y jugar al solitario (al menos ese es el principal uso que le doy a mi iPhone y a mi iPad. ¿Se nota mucho que soy adicto a Apple, no?. Otro ejemplo más y ya lo dejo, que pasaría si debido a la necesidad de intercambiar, entre investigadores europeos y americanos, la gran cantidad de datos que se generaba en el los aceleradores del CERN, por aquellos tiempos principalmente en el LEP (Large Electron Positron Collider), Berners-Lee en 1989 [3] no hubiera hecho la primera propuesta que para la World Wide Web y que además decidiera que fuera desarrollada para el beneficio de toda la humanidad: la respuesta que ninguno de vosotros estaría leyendo esto, ni esto, ni nada de lo que conseguís tras pagar religiosamente a vuestro proveedor de servicios telefónicos la cuota mensual correspondiente (me pregunto si esto es lo que pensaba Berners-Lee cuando decidió ceder los derechos de autor por el desarrollo de la WWW para el beneficio de la humanidad. En fin, que tanto directa como indirectamente la ciencia, y en concreto la investigación en ciencia pura, siempre se ha hecho con dos intenciones, una principal y otra secundaria.

La principal: ampliar el conocimiento humano. El ser humano es curioso por naturaleza y todos (incluso los que dicen que no) tenemos necesidad de saber. Todavía no conozco a nadie que nunca haya hecho una pregunta del tipo ¿por qué …? O que nunca haya experimentado, aunque sea inconscientemente, de la misma manera que experimentan los científicos y que haya extraído conclusiones del experimento. Y si no, probad el siguiente experimento: encended un fuego y meted la mano. Cuando volváis del hospital de que curar las quemaduras de primer grado, volved a encender un fuego y repetid el experimento. ¿Por qué no lo hacéis? Porque habéis hecho lo mismo que cualquier científico, habéis experimentado y extraído conclusiones. La única diferencia entre vosotros y los pobres becarios del CSIC es que ellos lo hacen a otro nivel porque ya han pasado por la fase de conocimiento en la que averiguan que el fuego quema y necesitan ir más allá. Ellos se preguntan por la composición del fuego y que es lo que hace que queme, es más se preguntan porqué sentimos que el fuego quema y que el agua fría refresca. La otra diferencia es que seguro que vosotros ganáis más que los pobres becarios del CSIC, pero esa es otro historia.

La secundaria, que en realidad es más importante para todos nosotros, incluso para los científicos, pero que no es la razón principal por la que los científicos investigan: mejorar nuestras vidas. Tanto si es en el campo de la Física, como de la Química, Matemáticas, Biología, Geología, etc. la investigación pura tiene una componente posterior de investigación aplicada como ya hemos visto con los ejemplos de las pantallas táctiles o de la web. Y si no que se lo pregunten a Faraday cuando, según cuenta la leyenda, en 1831 después de dar una conferencia sobre la dinamo que había inventado, el ministro de finanzas de aquella época le preguntó “¿pero que valor práctico tiene?” a lo que Faraday contestó “Algún día, señor, cobrará impuestos por ello”. ¡¡Cuanta razón tenía!! [4]

Como dijo el gran Richard P. Feynman, “la Física es como el sexo, seguro que da resultados prácticos, pero no es la razón por la que la hacemos”. Si sustituimos Física por Ciencia, el resultado es el mismo. Cada cual que saque sus conclusiones.

Por último, os recomiendo que ya que Bunsen y Kirchhof se preocuparon de investigar algo que dio lugar a los ordenadores, que Beck y Stumpe se preocuparon de desarrollar las pantallas táctiles y que Berners-Lee se preocupó de desarrollar la web para hacer avanzar la ciencia, vosotros os preocupéis de todo lo que os dieron para navegar un poquito por la web y aprender algo sobre la ciencia. Existen cientos de miles de páginas web y blogs donde la divulgación científica (que por cierto, comenzó Faraday con sus conferencias y por eso se le considera el primer divulgador de la historia) está muy bien hecha y seguro que descubrís cosas que nunca habríais pensado que os podrían interesar y apasionar.

Yo por el momento creo que voy a dejar de escribir y ponerme a buscar alguna página que me descubra algún tema interesante sobre el que escribir la próxima vez.

Referencias:

[1] Historia de la Física Cuántica. José Manuel Sánchez Ron. 2ª Edición. 2005

[2] http://cerncourier.com/cws/article/cern/42092

[3] http://home.web.cern.ch/about/birth-web

[4] http://recuerdosdepandora.com/ciencia/fisica/para-que-vale-la-electricidad/

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